jueves, 13 de enero de 2022

Enfocando la recuperación postpandémica

Este artículo fue publicado en el Anuario del Grupo Vocento 

en diciembre de 2021 por cortesía de EL COMERCIO  


Si nos lo hubieran dicho el 12 de marzo de 2020 no lo habríamos creído. El mundo se va a parar. Pero pasó. Mi hijo entró el viernes 13/03/2020 en mi despacho y me dijo: “Mamá, mañana no podemos ir a clase”. Ni mañana, ni al día siguiente, ni…El resto es historia. Ahora nos estamos recuperando. En eso, es preciso dar la razón al gobierno, aunque todos conocemos a alguien, algún amigo, algún autónomo que no ha soportado el golpe porque antes las cosas ya no le iban bien. En el asunto de la recuperación, la cuestión es a qué ritmo y cómo vamos a recuperar. El uso adecuado de los fondos europeos es clave, pero escucho cosas que no me hacen ser excesivamente optimista al respecto. En el ámbito empresarial, el incremento del comercio electrónico en las empresas ha alcanzado cotas inéditas. No solo las personas utilizamos más las distintas aplicaciones y las seguimos usando para algunos asuntos incluso con la recuperación de la presencialidad, sino que más de la cuarta parte de las empresas españolas con 10 o más empleados efectuaban ventas por internet en el inicio de 2021, una cifra histórica que supera en siete puntos el 20,3% de 2019. Sin pandemia, este cambio, yo diría que positivo, no se habría dado. También ha cambiado la forma de trabajar. Según el INE, con motivo de la pandemia, en 2021 se ha incrementado el número de empleados que tele-trabajan. La ausencia de desplazamientos es favorable a la sostenibilidad, pero tiene consecuencias económicas negativas sobre negocios vinculados. Las diferencias son relevantes según el tamaño de la empresa. Mientras que el teletrabajo se ha llevado a cabo en el 46% de las empresas que tienen entre 10 y 49 trabajadores, en las de más de 250 empleados, la cifra supera el 85%. También estamos incrementado el nivel de digitalización y el uso de nuevas herramientas y, por descontado, quienes más van a tardar en recuperarse son los más atrasados en esto. El uso del “big data” ha sobrepasado todos los niveles anteriores conocidos. En mi opinión, todos los indicadores económicos reflejan una buena perspectiva de recuperación, aunque la inflación y la crisis de suministros son preocupantes. Tenemos la suerte de que en España la gente colabora y el nivel de vacunación es notable. En otros países avanza lentamente por la resistencia de buena parte de la población o bien, por falta de vacunas. 




Desde mediados de 2021 se produce una reactivación clara de la demanda, de la producción y de la economía en su conjunto. Sin embargo, hay nubarrones importantes que pueden afectar seriamente no solo a las empresas sino a las economías domésticas, esto es, a las familias. Problemas en suministros trascendentales (energía, semiconductores) y en sistemas de transporte de mercancías, con el consiguiente aumento de los precios. Por otro lado, la transición energética en marcha hacia una menor huella de carbono y que existía antes de la pandemia implica grandes inversiones, tensiona los suministros de energía y provoca una fuerte presión en los precios. La vuelta a la normalidad no se producirá hasta mediados del 2022, pero la presión a medio plazo por la transición energética veo difícil que desaparezca. Por ello, el control de la inflación es clave. Empresas y entidades financieras están mejor que en la salida de la crisis financiera global de 2008. Lo más importante es que la recuperación llegue no solo a las entidades bancarias y las personas jurídicas –empresas- sino a las personas físicas, cuya salud se ha visto afectada y, algunas, demasiadas, ya no verán el deseado despegue económico.