viernes, 10 de diciembre de 2021

Mundo triste y complicado

Sentada en mi palco de la ópera de Oviedo, en el Teatro Campoamor, siguiendo el protocolo, estoy en silla delantera. Mi esposo está detrás, en la más elevada, como se indica para los caballeros. A mi lado, una señora que respira tan fuerte dentro de su mascarilla que me infunde temor. 

Estamos vacunados. Nos habían dicho que llegaría la inmunidad con ello. No ha llegado. Una nueva variante del virus sí ha llegado, y las que se podrán generar mientras circule el bicho libremente. 

Me invade, a mis 51 años, una profunda sensación de tristeza y decadencia porque lo que me queda por vivir, será más complicado. Será la caída y espero que sea lenta y dulce, pero este bicho nos va a seguir complicando las pocas alegrías que nos podemos permitir en estas circunstancias. 

Mundo raro, triste y complicado.