Una piensa que solo están en las novelas negras, pero no. Parece, según este interesante reportaje de EL COMERCIO, que hay gente con personalidad "psicopática", es decir, con rasgos propios de psicópata en algunos aspectos. La mala noticia es que, como los malos cánceres, no se curan. Esta gente no tiene remedio. La buena noticia es que si uno se ha percatado de que en el trabajo o en su casa lo tiene, lo mejor que puede hacer, en aras de la propia felicidad, es alejarse lo antes posible. Romper con la persona de semejante psicopatía. No merece otra cosa.
Cómo detectar a psicópatas tu alrededor
(porque sí, los hay) | El Comercio: Diario de Asturias
Cómo
detectar a psicópatas tu alrededor (porque sí, los hay)
Se estima que un 2% de la población entra en esta
descripción, pero hay que seguir unas pautas muy claras para detectarlos a
tiempo
Domingo, 28 de abril 2024 | Actualizado
29/04/2024 00:34h.
Todos creemos que podemos reconocer con relativa
facilidad a un psicópata. Y no hablamos de los asesinos que conocemos por el
cine, la tele o las novelas –que serían la peor vertiente de este tipo de
personalidad–, sino de esas personas de nuestro entorno que manipulan sin
ningún remordimiento para alcanzar sus objetivos y que, por el camino, arrasan
con todo y con todos. Vamos, que nos consuela pensar que son muy evidentes y
que, por tanto, sabremos defendernos de ellos. Error. Agustina M. Vinagre y
Juan Enrique Soto, doctores y coordinadores del Máster Universitario en
Victimología y Criminología Aplicada de la Universidad Internacional de La
Rioja (UNIR), consideran que en nuestro día a día podemos habernos topado con
alguno de estos individuos y solo haber sentido algo 'raro'.
Algunos estudiosos del tema, como Iñaki Piñuel –autor
de varios libros sobre este tipo de personalidad– hasta hacen números y
aseguran que a lo largo de nuestra vida interactuaremos con unos sesenta
psicópatas en el trabajo, en la familia, en el círculo de amigos... Así pues,
he aquí algunas pistas para identificarlos –se estima que un 2%
de la población tiene personalidad psicopática– antes de que
salgamos perjudicados.
1. Va a más
«Quienes entran en contacto con un psicópata perciben
conductas que al comienzo les
incomodan y que se han seguido dando, aumentando en gravedad. Suele ser una
escalada», indican los expertos de la UNIR. Sería bueno, por
tanto, alejarse o ponerse en guardia si notamos un malestar creciente. «Si ya
no nos sentimos seguros, aunque no sepamos concretar por qué, es porque algo
nos inquieta». Es decir, el instinto en estos casos nos suele lanzar
advertencias, pero nuestra mente racional las puede desactivar. Sobre todo
porque los psicópatas
'trabajan' a sus víctimas mucho antes de hacerles daño. «Su objetivo en las
relaciones interpersonales es obtener control y dominio sobre los demás», recalcan
Vinagre y Soto.
2. Su encanto es superficial
«Un psicópata se vale de su encanto
superficial, su autoconfianza y su capacidad para manipular para
ir atrayendo a sus víctimas», alertan. Claro: si no, no
'cazan'. Si tienes ante ti a una persona excesivamente encantadora y con
gran carisma y notas que lo está usando por algún interés...,
¡cuidado!
3. Crea dependencia
Para cuando las pretensiones egoístas de los
psicópatas se hacen evidentes, seguramente ya han mostrado indicios que las
personas pueden interpretar. «El
problema es que esto en muchas ocasiones solo se aprecia cuando ya ha sido
causado mucho daño y es más difícil romper el vínculo, porque ha creado una
dependencia muy potente», apuntan
los especialistas. Todos podemos ser sus víctimas. La única persona que no puede
ser víctima de un psicópata es otro psicópata.
4. Busca tus vulnerabilidades
Cuanto mejor es su
habilidad para manipular, más potente es el vínculo asimétrico que crea con
la víctima. Si notas que alguien está demasiado interesado en tus puntos
débiles, hay que tener cuidado (si es un psicópata, no quiere ayudarte con
ellos, sino explotarlos).
5. Ignoran las consecuencias
Si nos encontramos ante una persona que intenta satisfacer sus
deseos, independientemente de las consecuencias para los demás, mucho ojo. Son
personas que se
saltan las normas, que suelen ser
promiscuas en el terreno amoroso (solo buscan satisfacer sus deseos sexuales) y
que nunca tienen
remordimientos.
6. Solo piensan en ellos
Hay rasgos de
personalidad psicopática que son muy valorados socialmente (el carisma, la
autoconfianza, la orientación hacia la acción, la capacidad para tomar
decisiones). Por eso los psicópatas suelen convertirse en líderes o en
profesionales muy valorados. «Pueden tener éxito, pero a la larga quedan claras
sus pretensiones meramente egoístas», matizan
los expertos.
7. Se 'hacen' a fuego lento
¿Y si nosotros mismos somos psicópatas? ¿Es posible
que lo seamos y no lo sepamos? O que nada haya hecho detonar el asunto pero lo
llevemos ahí... «No. No es algo que surja de un momento a otro –tranquilizan
los expertos de la UNIR–. Se trata de un proceso gradual y dura años».
8. Van a terapia... a aprender
Y si conocemos a alguno... ¿le animamos a ir a
terapia? Si algo coinciden en
afirmar los estudiosos del tema es que el psicópata no cambia y la terapia con
él funciona al revés: le sirve para aprender nuevas formas de manipulación. No
te plantees 'ayudarle'.
9. Profesiones de poder
Como lo que empuja al
psicópata es el poder, es frecuente 'encontrarlos' en profesiones donde este
aspecto es muy visible y donde, además, hay mucho potencial para la impunidad (políticos,
jefes en general, cuerpos y fuerzas de seguridad...).
10. Amantes del ocio de riesgo
Conducir coches o motos a gran velocidad, hacer
puenting... Como se aburren enseguida de todo, buscan nuevas sensaciones
constantemente. Y además no suelen tener miedo.
Cómo tratar con uno de ellos
Lo ideal es no tener que hacerlo, claro, pero no
siempre podemos elegir. Imaginemos que es, por ejemplo, nuestro jefe. O un familiar. Así
que debemos aprender a lidiar con ellos de modo que no nos destrocen. Una obra
ya clásica de la psicología, -'Cómo tratar con personalidades difíciles' (ed. Arpa)
de Christophe André y Francois Lelord- indica qué debemos hacer y qué no si nos
topamos con uno. Para empezar ambos expertos recalcan que evitarlas es lo mejor porque
su falta de empatía y su escaso miedo al castigo les hace muy difíciles de
gestionar. Pero cuando es imposible
ignorarles, nos aconsejan desconfiar de
sus arranques de simpatía.
«Y debes sabes escuchar los testimonios desfavorables
de aquellos que lo conocen desde hace más tiempo. Esta vigiolancia puede
ahorrarte muchos inconvenientes». André y Lelord también aconsejan que les
recordemos las veces que haga falta lo que no aceptamos (porque tienden a
ignorar los límites) y reaccionar de inmediato si comenten alguna infracción
(si trata de justificarse, hay que cortar la conversación de golpe, ya que a
palabrería no hay quien les gane y las lecciones de moral las llevan fatal).
Otra clave para tratar con ellos: sé discreto con tu vida personal, suelen tener envidias y no hay que darles más información de la necesaria (para ellos es un arma, nunca te fíes). Por último, dos advertencias: no dejarse encandilar ni enternecer y mostrarles consideración. Sí, puede parecer raro esto, pero no lo es: ellos quieren conservar una buena imagen de sí mismos, por lo tanto debes criticar sus comportamientos pero no su persona y, para tenerles 'contentos' no estaría de más que mostrases aprecio por alguna de sus cualidades, como por ejemplo, su carisma. Nunca le humilles o desprecies porque no lo olvidará.