miércoles, 29 de marzo de 2017

Y líbranos del mal

"Shame"
Me gustó esta película. 
La cinta narra la historia de Brandon Sullivan (Michael Fassbender), un hombre de unos 30 años que vive y trabaja en Nueva York. Brandon sufre de adicción sexual, se pasa el día buscando todo tipo de aventuras sexuales: ve películas pornográficas en la computadora, contrata prostitutas, busca mujeres en los bares o contacta chicas en el metro, incluso termina por entrar a un establecimiento de encuentros homosexuales. De repente, su hermana (Carey Mulligan) -que sin solución para sus problemas psicológicos, está recurriendo a él una vez más- aparece en su apartamento. Él decide, con la presencia de ella en su vida, romper con todo: tira a la basura toda su pornografía, e intenta iniciar una relación de pareja comprometida con Marianne (Nicole Beharie), una de sus compañeras de oficina. Y la cosa no va bien…

Fassbender caracterizado como Sullivan con su bonita bufanda azulada…

Que el personaje se declare pudoroso para hablar de sí mismo para, a continuación, declararse adicto al sexo, no deja de ser una ridícula y absurda contradicción. En todo caso, es un dato relevante y aclaratorio de la personalidad del sujeto en cuestión.
Está claro que todos tenemos fallos pero, desde luego, hay miserias que son más miserables que otras y mucho más difíciles de tolerar, al margen de los problemas que pueden acarrear.
Crecí desarrollando un sexto sentido contra determinado tipo de miserias masculinas y consciente del dolor que pueden producir. Las hay de todo tipo pero, definitivamente, la que relata Shame es de las peores. Puede tener su gracia visto en la peli, bajo la interpretación de Fassbender, pero que te toque en la realidad seguro que no tiene ninguna gracia. Puffffffffff!
Definitivamente, soy una mujer con suerte. No me canso de decirlo. Me he librado y me libraré siempre de semejante miseria masculina.
Y líbranos del mal, ….