Este artículo fue publicado en la Sección de Economía
del diario EL COMERCIO el 4/10/2016
del diario EL COMERCIO el 4/10/2016
Se dice que una retirada a tiempo es una victoria. En el caso de
la retirada de la salida a bolsa de Telxius por parte de Telefónica, entiendo
que es más bien la cobertura de un fracaso y, en todo caso, una decisión
acertada, a mi juicio, dadas las circunstancias. Cuando explico a mis alumnos
las razones de una posible retirada en una OPV siempre les indico que pueden
ser tres: por precio insuficiente, por demanda insuficiente o por mala
coyuntura bursátil. Hoy deberíamos estar hablando de la crónica del debut
bursátil de Telxius y, en su lugar, hablamos de su cancelación por la primera
de las razones: precio insuficiente. Esto implica que la empresa no habría
captado los fondos esperados, por lo que lo más inteligente es retirar la
oferta, a la espera de un momento mejor – y aquí también entraría la tercera
razón –. Tiempo habrá en el que los potenciales compradores estén dispuestos a
pagar un precio superior.
Lo cierto es que Telefónica lleva un tiempo gafada con esta
operación. Pretendía captar, por el método de book-building destinado
exclusivamente a inversores institucionales, hasta 1500 millones de euros para
sanear su deuda y las cosas no le han salido bien. La compañía había fijado una
horquilla de precios para las acciones de entre 12 y 15 euros, pero las órdenes
de compra que tuvieron durante el período previo de prospección de la demanda
se situaban en la parte inferior de la horquilla e incluso algunas a un precio
más bajo. En esta tesitura, si Telefónica hubiera querido sacar a bolsa a
Telxius a toda costa en el día de ayer, podría haber rebajado el rango de
precios o haber reducido el número de acciones. Cualquiera de las dos
soluciones habría traído consigo una merma en los fondos obtenidos en la
operación así que Teléfonica, de común acuerdo con las coordinadoras globales
de la emisión, ha preferido dejarlo para otro momento. Ya pretendía haberlo hecho
en julio, pero con el resultado favorable al Brexit y las consecuencias que
trajo para los mercados se pensó que no era buen momento. Aparentemente las
circunstancias eran algo mejores ahora pero la realidad ha confirmado que no
eran suficientes los fondos que estaban dispuestos a pagar los suscriptores.
José María Álvarez-Pallete, el presidente, ha tomado la decisión correcta pero
el problema de la deuda sigue ahí. De hecho, las acciones de Telefónica cayeron
un 4% la semana pasada como consecuencia de esta decisión. Habría sido mejor
para la empresa haber obtenido la demanda suficiente a un precio adecuado y
acorde con sus expectativas y también habría sido positivo para el mercado,
porque la incorporación de un nuevo activo le hace ganar amplitud. En el
mercado bursátil, al igual que en la vida, uno no siempre puede hacer lo que
quiere, sino lo que le dejan. Ejemplos de que la terquedad termina mal, amable
lector, tenemos alguno en la reciente política española, ¿verdad que sí?