La respuesta sería: ¿y por qué
no? Hace un tiempo, alguien me dijo: “Señora, dice usted cosas interesantes;
debería hacerse un blog”. No me lo tomé en serio. Habitualmente, me tomo más en
serio las críticas que los piropos o los halagos. En aquel momento descarté
totalmente la posibilidad de hacerlo. No tenía ni tiempo, ni ganas.
Sin embargo, a veces pasan cosas
que te hacen cambiar de idea. Está claro que nunca se puede decir: “De esta
agua, no beberé”. El tiempo, sigo sin tenerlo, pero no tener tiempo para una
misma tampoco es bueno. Demasiado trabajo, demasiadas obligaciones familiares,…
lo último que le queda a una mujer que trabaja dentro y fuera de casa, que está
casada y tiene hijos es tiempo para sí misma. Así que no hace mucho, cambié de
idea y decidí hacerme un blog con un único propósito: encontrar tiempo para mí
misma. A lo mejor otras mujeres lo emplean en la peluquería; yo no voy mucho,
la verdad, y esto me agrada y me llena más: escribir.
Iba a ponerle de nombre al blog “Mi
torre de Marfil”, por aquello de que siempre se dice que los profesores de
Universidad estamos encerrados en nuestra torre de marfil. Además, era
coherente para mí porque trabajo en un edificio majestuoso, presidido por una
torre. Descarté la idea porque este mundo de la blogosfera está tan poblado que
ya existía un blog con esa denominación y hay que respetar los derechos de
propiedad. Prescindí de lo de Marfil, que habrá quedado por ahí perdido en el
mundo virtual, y decidí conservar lo de la torre, en honor al lugar donde
trabajo, recientemente declarado bien de interés cultural y personalizarlo un
poquito más con mi apellido favorito, en honor a la mujer que me dio la vida y
que ha sido mi madre, mi padre y mi eterna amiga. Así que finalmente le quedó a
mi blog el nombre de “La Torre de Otero”. Creo que no hay ninguno más que se
llame así. Al parecer hay un bar en Madrid con tal denominación; iré un día a
tomar algo por allí, si no lo cierran antes…
Espero, amable lector, que le
guste mi blog. Y espero que si le gusta, lo visite con asiduidad. ¡Feliz viaje por la Torre de Otero!