lunes, 6 de noviembre de 2023

CIERRE SOCIAL

Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL 

de EL COMERCIO el 05/11/2023


https://www.elcomercio.es/opinion/susana-alvarez-otero-cierre-social-20231105002725-nt.html

Cierre social

Cerrarse a las redes implica entender a qué renuncias y por qué lo haces. Se gana tranquilidad, no tener que estar pendiente de comentarios, no tener que responder... En definitiva, tiempo de vida que una puede dedicar a otras cosas


Susana Álvarez Otero

Oviedo

Domingo, 5 de noviembre 2023, 00:27

“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres". La frase es de Pitágoras y la suscribo totalmente. De mis misiones en la vida, la fundamental es la maternidad. En concreto, saber transmitir a mis hijos lo que realmente importa, además de avisarles de los peligros. Y en el asunto de las llamadas 'redes sociales', los peligros no son menores. En ocasiones resulta dantesco lo que algunas personas son capaces de publicar. Tanto, que pueden ocasionar, como se ha visto, perjuicios psicológicos severos a quienes deben moderar o eliminar contenidos dañinos. Se encuentra de todo: asesinatos brutales, desmembramientos, torturas, violaciones, niños siendo abusados, suicidios en directo... En definitiva, el horror al que también pueden llegar algunos seres humanos, por llamarlos de alguna manera.


De los peligros, por mi parte, están avisados y, sobre todo, del de no saber distinguir cuando creen que las usan y, sin embargo, están siendo usados. Algo de lo que, sorprendentemente para mí, no se percata un porcentaje muy significativo de la población que las utiliza a diario y, en algunos casos, en un porcentaje de tiempo de la jornada elevadísimo, que necesariamente les lleva a dejar de hacer otras cosas importantes. Y lo que es peor: algunas redes parecen acercarse al abismo de lo ilegal, porque está claro que ya hace tiempo que el usuario se convirtió en un simple producto para Facebook, Instagram, Twitter o Tik Tok. Parece que sólo en nuestro continente se están tomando en serio el tema de la privacidad. Esta batalla por la privacidad ha llevado a la Comisión Europea a imponer multas astronómicas a Meta, Google y Amazon. El lanzamiento de Threads, lo que viene a ser la réplica de Mark Zuckerberg al Twitter de Elon Musk, no operará de momento en la zona por no cumplir el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). A pesar de ello, la sensación de impunidad sigue ahí, porque está claro que cuando estamos presentes en una red social esto ya no va de saber sólo lo que les pasa a mis amigos, o colegas si se trata de una red 'profesional', sino que sirve para ser espiados al máximo posible a través de la información explícita que les estamos proporcionando. De hecho, Zuckerberg nunca ha escondido sus intenciones: explotar los datos del usuario con fines comerciales.

Mientras me documentaba para este artículo, me percaté de mi supina ignorancia en cuanto al número de redes existentes. Por orden de popularidad y obviando numéricas para no aburrir al lector, estarían Facebook, Youtube, Whatsapp, Instagram, Wechat, Tik Tok, Facebook Messenger, Douyin, Telegram, Snapchat, Kuaishou, Sina Weibo, QQ, Twitter y Pinterest. Y me paro ahí, pero la lista es inmensa. Algunas perfectamente desconocidas para mí (VK, Bilibili), otras que me pueden sonar de algún adolescente (Discord) y otras que, con la siguiente, sería la segunda vez que las menciono (Reddit, Slack, Clubhouse). El universo de las redes sociales supera todo lo que yo había imaginado.

Está claro que cuando estamos en una red social somos espiados al máximo posible

En el fondo, entiendo mejor que las utilicen las empresas, como medio de venta, que las propias personas, salvo que se quieran vender a sí mismas, claro está. Antes había 'viajantes' por las carreteras vendiendo sus productos a buen precio y ahora tenemos viajantes por estas carreteras virtuales, vendiendo todo tipo de cosas. Llama la atención quien vende sin conocimientos técnicos del producto en cuestión, por ejemplo, un vehículo, y no queda muy claro por las fotos que coloca en la red si vende el coche o se vende a sí misma con post de filosofía barata, vamos, que se pone en el mercado. Es muy humano, claro. Estamos en este mundo también para amar y ser amados, pero tal actitud resulta innecesaria para quienes llevamos fuera de ese mercado desde el siglo pasado, que ya llovió, y que vivimos con la seguridad de no querer volver a él. Es cosa buena haber logrado ciertas certezas bien superado el medio siglo de vida. También los hay que disfrutan con el placer que les otorga un 'like' -de nuevo la necesidad de sentirse admirados o deseados- o que consideran que tal hecho es un trabajo más.

Cerrarse a las redes implica entender a qué renuncias y por qué lo haces. Se gana tranquilidad, no tener que estar pendiente de comentarios, no tener que responder... En definitiva, tiempo de vida que una puede dedicar a otras cosas. Cumplir años te hace ser más consciente de lo que vale cada minuto, cada día que no vuelve, y a qué o a quien deseas dedicarlo. Yo no puedo estar pendiente de muchedumbres, o de ataques, sin más, porque le apetece al sujeto de turno. En este sentido, de las que he manejado, Linkedin tiene un sistema de reconocimiento y bloqueo de mensajes inapropiados más efectivo que Facebook, por ejemplo. Tal vez es que algunos utilizan el Messenger como una especie de Tinder.

En todo caso, el cierre absoluto no me ha sido posible. Me quedo con alguna, y no por devoción sino por obligación. Es complicado funcionar en el mundo de hoy sin Whatsapp por ejemplo, esa red parece casi obligada, incluso a nivel familiar, así que se puede decir que es una de las imprescindibles para la gran mayoría. Y Teams, por razones laborales, tampoco puedo cerrarlo. Al Cero-Cero absoluto es difícil llegar. Con la cerveza sin alcohol, la única que bebo, sí lo he logrado, cuidando mi salud física y mental.

   

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