miércoles, 7 de junio de 2023

EL DRAMA DEL DESEMPLEO JUVENIL EN ESPAÑA

 Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL 

de EL COMERCIO el 04/06/2023

https://www.elcomercio.es/opinion/susana-alvarez-oteroprofesora-titular-de-economia-financiera-de-la-universidad-de-oviedo-drama-desempleo-juvenil-espana-20230604015122-nt.html

El drama del desempleo juvenil en España

Las causas: sobrecualificación universitaria, desajuste entre las carreras más estudiadas y las más demandadas, una FP de escasa implantación y una bolsa de jóvenes sin apenas formación




SUSANA ÁLVAREZ OTEROPROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO

Domingo, 4 de junio 2023, 01:51

La política es una noble actividad que debería estar orientada a lograr el bien común. Observo a los políticos estos días, tras la elecciones autonómicas y locales, ciertamente preocupados. Y, con el adelanto electoral, muy centrados en un tema muy concreto: ellos mismos y su afán de poder. Yo, como economista, sigo pendiente de nuestros graves problemas económicos. El peor, en mi opinión y en la de buena parte de profesionales del gremio, es la insostenibilidad del sistema de pensiones, tal cual está diseñado. No hace falta ser ningún experto en el tema -yo no lo soy- para percatarse de que si no se toman decisiones políticas adecuadas, el sistema está abocado a la quiebra. Se están tomando decisiones cortoplacistas y con un objetivo claro: mantenerse en el poder, lo cual no tiene nada que ver con lograr la sostenibilidad de las pensiones. Le sigue en gravedad, a mi modo de ver, el desempleo y, en concreto, el paro juvenil, lo cual me preocupa muchísimo como economista y como madre. Mis hijos aún están en edades lejanas a la incorporación al mercado laboral, pero es que el panorama español es desolador, si lo comparamos con países de nuestro entorno. De hecho, España es el país que, a cierre de 2022, tiene una mayor tasa de paro juvenil: del 32,3%, frente al 5,8% de Alemania o el 7,8% de los Países Bajos.

Lo peor es que nada parece indicar que vaya a mejorar en los próximos años. Es más, considero que casi se podría hablar de algo estructural, de un absoluto fracaso español en el tema del desempleo juvenil, que es multicausal, multifactorial y que, por consiguiente, no puede tener una única solución. No obstante, aunque no sea sencilla, hemos de encontrarla por nuestros jóvenes y, por ende, por el futuro de nuestro país. Estamos costeando formación educativa con fondos públicos para luego dedicarla a la 'exportación'. Nuestros egresados universitarios se tienen que ir del país en buena parte. Y es estupendo que un joven vaya a trabajar a otro lugar si así lo desea. Sin embargo, si lo tiene que hacer por obligación, porque aquí por más que busca no encuentra, y lo que se le ofrece no está acorde en remuneración o contenido a su formación, el asunto se convierte en un drama. Así lo veo como madre.

¿Cuáles son las causas de esta debacle en el empleo juvenil? A saber: sobre-cualificación universitaria, desajuste entre las carreras más estudiadas y las más demandadas, una FP de escasa implantación y una bolsa de jóvenes sin apenas formación. El mercado de trabajo español puede ir unas veces peor y otras mejor, sin grandes alharacas. Se han tomado decisiones bastantes acertadas, en este sentido, durante la pandemia. Pero al margen de esto, que puede variar con la situación económica más o menos favorable, en el caso del empleo juvenil rara vez se ha alcanzado un nivel mínimamente aceptable. Los menores de 25 años tienen gravísimas dificultades para encontrar trabajo en este país, ya sea porque en algunos casos están extra-cualificados y no consideran qué titulaciones son las más demandadas y, en otros, porque apenas tienen formación, lo cual, en la actualidad, es absolutamente imprescindible en todos los sectores. Entre ambos grupos hay uno que engloba a un número suficiente de jóvenes que recurren a la Formación Profesional, una vía que, de potenciarse, podría absorber a muchos de estos parados. Además, hay un problema cultural en nuestro país en este sentido: pretendemos que nuestros hijos, todos ellos, sean universitarios. Y tal cosa no es buena por dos razones. La primera, no lo es para el propio sistema universitario, que si los absorbe a todos sin apenas filtro -¿tienen algún sentido las tasas de éxito en la EBAU?- se degrada, porque no selecciona a los mejores. Esto lleva, necesariamente, a rebajar la exigencia en la docencia universitaria para evitar grandes tasas de fracaso. Y la segunda razón es que el mercado laboral no necesita solo médicos, que también, ingenieros, economistas o abogados. Nuestro mercado laboral necesita otro tipo de trabajadores, cualificados, pero por otra vía de formación. Potenciar la FP dual me parece un gran acierto. Estoy convencida de que es un problema cultural, un complejo que ignoro de dónde nos viene. En Alemania, tan respetado es un buen técnico de grado medio, que haga bien su trabajo, como el ingeniero jefe. Ese diferencial mental en la valoración de las personas según su trabajo no se produce o, al menos yo no lo he notado, en otros países. Eso sí, la remuneración también es mejor. Una de mis mejores amigas del colegio, abogada en Ámsterdam, dice que se lo piensa dos veces antes de ir a la peluquería. No es en absoluto barato dicho servicio, pero para los holandeses tanto derecho tiene a vivir bien la peluquera vocacional como la abogada. Nadie es más que nadie por ejercer un trabajo u otro. Es absurdo pensar tal cosa. Todos somos necesarios e igualmente respetables si hacemos bien nuestra labor. Para mí, no tiene ningún sentido que sobren abogados y, a la vez, una se vuelva loca para encontrar un buen fontanero y que atienda con cierta rapidez. Es urgente un replanteamiento de esta situación, una limpieza mental diría yo también, para orientarse a trabajos que permitan a nuestros jóvenes estabilidad laboral, sueldo digno y, además, un disfrute con su actividad profesional.