sábado, 11 de febrero de 2017

León, cuna del parlamentarismo

Me toca emprender viaje a León para impartir sesión de Máster en inglés, a un grupo de alumnos de diversos países. Invitada por la Universidad de León, para allá me voy a dar clase en el EMBS (European Master in Business Studies). Cuatro horas intensas de docencia, y repetiré otro par de sesiones más adelante. Hay invitaciones que no se pueden rechazar.

Siempre que voy a León, me gusta alojarme en la Colegiata de San Isidoro.


El San Marcos es maravilloso pero este lugar, la Colegiata, tiene un encanto especial para mí porque invita al recogimiento. De hecho, se llama Casa de la Espiritualidad y me recuerda al lugar donde íbamos siendo niñas, a la Virgen del Camino, a los llamados ejercicios espirituales donde nos llevaban las monjas dominicas.
Es un lugar que merece la pena visitar, por su riqueza artística.
Es posible contemplar en la Colegiata las pinturas del Panteón Real (Capilla Sixtina del románico); admirar desde el coro de la basílica la noble sencillez arquitectónica del románico; pasear por los silenciosos e imponentes claustros que invitan al recogimiento. Desde este compendio de arte y espiritualidad, el Hotel Real Colegiata de San Isidoro ofrece a sus huéspedes y visitantes una estancia muy especial. 
Por cierto, amable lector, ¿sabía usted que el parlamentarismo no nació en Londres sino aquí, en España, en esta provincia vecina al Reino Astur?. 
Pues sí, la cuna del parlamentarismo es la ciudad de León.

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En la primavera de 1188, Alfonso IX, rey privativo de León, convocaba una Curia Regia en el marco de la mirífica iglesia legionense, - hoy Basílica Colegiata -, de San Isidoro. A esta asamblea acudían las representaciones del clero y la nobleza, y, por primera vez en la Historia, asistían también los representantes de las ciudades, es decir, los “ciues electti” o, dicho de otro modo, el estado llano, esto es, el pueblo, un hecho que confirma el propio texto de la denominada Carta Magna Leonesa, que comienza de este tenor: “En el nombre de Dios. Yo Don Alfonso, rey de León y Galicia, habiendo celebrado curia en León, con el arzobispo [de Santiago de Compostela, Pedro Suárez] y los obispos y los magnates de mi reino y con los ciudadanos elegidos de cada una de las ciudades, establecí y confirmé bajo juramento que a todos los de mi reino, tanto clérigos como laicos, les respetaría las buenas costumbres que tienen establecidas por mis antecesores”.

La Curia Regia de 1188 está considerada “el precedente institucional más cercano de las Cortes”. Allí, nacieron los “Decreta”, conjunto normativo donde brilla con luz propia la protección de la persona y sus bienes ante el abuso de poder. Los derechos, preceptos, garantías y libertades que alientan sus contenidos, obligan al escrupuloso cumplimiento de la ley a todos los estamentos sociales, desde el mismo monarca hasta el último de los ciudadanos.