lunes, 3 de julio de 2023

AHORRAR CON RIESGO PARA OBTENER RENTABILIDAD

 Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL 

de EL COMERCIO el 02/07/2023


Susana Álvarez Otero: Ahorrar con riesgo para obtener rentabilidad | El Comercio: Diario de Asturias

Ahorrar con riesgo para obtener rentabilidad

Cobra fuerza la propuesta de que los depósitos bancarios se retribuyan siempre al 0%. Así, los depositantes tendrán que aceptar que el depósito no es un producto de ahorro, sino sólo una parte del engranaje de los medios de pago

Susana Álvarez Otero

Oviedo

Domingo, 2 de julio 2023, 02:54


Y esto es así porque una cosa es el precio y otra el valor. Y porque una cosa son los beneficios y otra, bien distinta, la rentabilidad. Es indiscutible que la banca española ha visto incrementados sus beneficios en los últimos tiempos, pero eso no implica que pueda ser calificada de banca muy rentable, porque no lo es. Tampoco su cotización en bolsa, esto es, lo que el mercado indica que vale, la deja en muy buen lugar. El precio es una variable objetiva: es la resultante de la oferta y la demanda en el mercado bursátil. Un análisis recientemente publicado, basado en datos de Bloomberg, ha puesto de manifiesto que 6 de los 10 valores que peor cotizan en el Ibex 35, con respecto a su valor en libros, son los principales bancos españoles. De hecho, Unicaja, Sabadell, Santander, Caixa-Bank, BBVA y Bankinter cotizan, por este orden, por debajo de su valor contable, en señal de bajo atractivo. En el caso de Unicaja y Banco Sabadell es poco más de un tercio de su valor real. Nadie cotiza tan bajo. El Santander se mueve en poco más de la mitad y CaixaBank y BBVA no llegan al 80% de su valor contable. El menos malo sería Bankinter, presidido por una mujer. ¿Cuál es la razón? Que los inversores no son tontos y colocan ahí a la banca porque es menos rentable. Los resultados han subido, sí, pero no destacan en rentabilidad.


El gobernador del Banco de España aportaba datos del sector, recientemente, en apariencia envidiables: sus márgenes suben un 17%, tienen tanta liquidez que no necesitan retribuir depósitos, los resultados mejoran de forma notable, y los dividendos superaron en 2022 los 7.200 millones de euros. Pero la cruda realidad es que suben porque estaban bajos. Por concretar alguno, el Banco Santander, también presidido por una mujer, ha tardado 15 años en volver a registrar unos beneficios como en 2001 al superar, en 2022, los 9.000 millones, pero es peor resultado en relación al número actual de accionistas.

En todo caso, hay un hecho que me parece alarmante y que tendremos que aceptar: que se acabó la remuneración de los depósitos. Afirmar esto, a la postre, no es más que asumir que la tradicional actividad bancaria de tomar fondos, por un lado, remunerándolos, y cederlos, por otro, en forma de préstamos y créditos, exigiendo un rendimiento, ya no es lo que era, y los que salimos perdiendo somos los depositantes. Mejor dicho, aquellos que deciden tener sus fondos en la cuenta corriente o de ahorro que, desde luego, se ha convertido en un lugar sin remuneración alguna. Por poner un ejemplo práctico: si el tipo de interés de los bonos del tesoro sube al 5%, y la inflación llega a los dos dígitos, el depositante se dará cuenta de que invirtiendo en bonos del tesoro a dos años puede conseguir una rentabilidad del 5%, cuando el banco le está pagando cero (las personas que hacían cola en la puerta del Banco de España para comprar deuda del tesoro no eran inversores sofisticados). La crisis del 2008 fue precedida de una subida de tipos de interés por los bancos centrales, con la Reserva Federal tomando la delantera. En aquel momento, la subida de tipos afectó negativamente al valor de los activos reales que los bancos habían financiado con préstamos. Ahora, la subida imprevista de tipos de interés para luchar contra la inflación no ha afectado tanto al riesgo de crédito (la crisis anterior enseñó a los bancos y a los supervisores a financiar sólo una parte, hasta el 80% máximo del valor del activo), sino al riesgo de tipo de interés, relevante para las inversiones en renta fija, a medio y largo plazo. No olvidemos, además, que una parte importante de la deuda pública de los estados de la zona euro está en los balances del BCE y, por tanto, son los bancos centrales los más expuestos a los riesgos de tipos de interés.

Parece claro que los depósitos bancarios incorporan elementos de inestabilidad financiera. Esto es así por los costes para el Estado y, en última instancia, para los contribuyentes, de un seguro de depósitos que, en la práctica, cubre todos los depósitos, y por los incentivos perversos a asumir riesgos que conlleva el seguro. De ahí que cobra fuerza la propuesta de que los depósitos bancarios se retribuyan siempre al 0%. Así, los depositantes tendrán que aceptar que el depósito no es un producto de ahorro, sino sólo una parte del engranaje de medios de pago. El mensaje para el ahorrador será que si quiere rentabilidad tendrá que asumir riesgo.

Cabe preguntarse qué consecuencias tendrá la desaparición del depósito en las cuentas de los bancos que conocemos, para la otra parte de la ecuación bancaria: la concesión de préstamos. La estabilidad de la financiación a través de depósitos diversificados entre clientes anónimos y expuestos a necesidades de liquidez independientes, se ha descrito por la teoría financiera como el complemento perfecto para que los bancos pudieran prestar a plazo ¿Se perderá capacidad de financiación a empresas y familias si los depósitos desaparecen de los pasivos bancarios y la financiación de los bancos (aunque ya no se podrán llamar así, porque habrán perdido la exclusividad de emitir depósitos) procede íntegramente de los mercados de capitales? Lo veremos y aquí lo contaremos, amable lector.

 

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