Qué listos los curas. Con el reflejo que tengo sobre el teclado y aplicado a otro espejo sobre la cabeza, puedo ver qué está haciendo el sacerdote - y saber cuándo me incorporo - mientras yo estoy sentada tres pisos más arriba. Un coro al que se accede por ascensor.
Vemos sin ser vistos.
MUNDO NEGRO, no es novela negra.
LECTURAS ECLESIÁSTICAS