miércoles, 8 de enero de 2020

Contestando preguntas importantes

"Las preguntas son éstas: ¿Quién eres? ¿Qué has querido de verdad? ¿Qué has sabido de verdad? ¿A qué has sido fiel o infiel? ¿Con qué y con quién te has comportado con valentía o con cobardía? Lo que importa es que uno al final responde con su vida entera". 

Sándor Márai. 



Pues si esas son las preguntas importantes, habrá que contestarlas. Las contesto ahora, para que queden ya con respuesta, en este mi blog, La Torre de Otero, por si acaso palmo pasado mañana viernes por la autopista en mi trayecto Gijón-Oviedo, y viceversa, cuando vaya a dar la clase en el Máster en Administración de Empresas en la Facultad de Economía y Empresa en Oviedo. 


¿Quién eres? 
Soy Susana Álvarez Otero, nacida en el Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, el 16 de junio de 1970. 


¿Qué has querido de verdad? 
Vivir feliz y enamorada.

¿Qué has sabido de verdad?
Que el amor es lo único por lo que vale la pena luchar con todas tus armas y todas tus fuerzas.

 ¿A qué has sido fiel o infiel?
Siempre he sido fiel a mí misma. O lo he intentado con todas mis fuerzas porque lo considero mi deber como ser humano.  La única traición imperdonable es a uno mismo y a sus sentimientos; no pelear por lo que deseamos, amamos o nos importa de veras me parece despreciable en un ser humano porque convierte su vida en algo barato, en algo falso que no sirve para nada.

He sido infiel a Dios. Supongo que de pequeñita me convencieron las monjitas de las Dominicas con su mensaje porque eran tan buenas conmigo que no me atrevía a contradecirlas en nada. Luego me enfadé con el. Recé mucho para  que mis padres se arreglaran y no se divorciaran pero no sirvió de nada. Se divorciaron igual, con muchos rosarios míos de por medio. Dejé de ir a misa un tiempo largo. Mi primer novio era creyente pero eso no me animó. En algún momento, después de casarme decidí regresar a Dios, de alguna manera. Cantar y tocar me hace sentir músico, porque en el fondo es lo que soy, aunque me dedique a otra cosa. Así que supongo que le sigo siendo infiel a Dios, porque más bien lo hago por mi amor a la música que por amor al Altísimo. 


 ¿Con qué y con quién te has comportado con valentía o con cobardía? 
Con valentía, hasta sus últimas consecuencias y sin miedo a los riesgos asumidos, que no eran pocos, con quien creí que debía hacerlo por el bien de mi propia vida.

Con cobardía, no mucho porque no soy una mujer cobarde. Creo que me define más bien lo contrario, aunque no me corresponde a mí definirme, sino a los demás. Pero con los alumnos desde hace unos años sí soy algo cobarde. La "autoritas" en el aula sigue sin fallarme. En mis clases se puede oír el vuelo de una mosca en el momento en que paro de hablar. No entiendo a los compañeros/as que no pueden mantener el orden en el aula. Pero el mundo al que vamos, en que los alumnos conocen mucho mejor sus derechos que sus obligaciones y que se pueden tomar mal cualquier cosa que antes era una nimiedad me hace moverme con pies de plomo ante el alumnado. A mí, y al resto del colectivo docente. Solo faltaba que después de haber hecho una tesis y ganado una oposición de funcionario del cuerpo superior del Estado me tuviera que ir a casa suspendida de empleo y sueldo por un comentario que moleste a los ilustres alumnos. No me ha pasado, desde luego, y quiero que siga siendo así.  

Pues con eso, y con lo que llevo vivido, que es más de todo lo que vivió Chopin o Mozart, ya he dado respuesta a esas preguntas que según Sándor Márai son las que importan. Esas son mis respuestas y creo que con 100 años más que no voy a vivir, seguirían siendo las mismas. Con lo que he dicho con mi propia vida hasta aquí.