sábado, 15 de febrero de 2020

Un cuarto de siglo en la Universidad

Y se ha ido ya, como un suspiro. El tiempo vuela. Entré a trabajar en esta vetusta casa de la Universidad de Oviedo, mi alma mater, el 15 de Febrero de 1995. Ese es el tiempo que llevo como trabajadora de esta Universidad, a lo que habría que añadir el tiempo de estudiante. Toda una vida, casi...
Tenía trabajo. Tenía un contrato de trabajo con una multinacional pero renuncié cuando me llamaron de Economía Financiera por la concesión de una beca competitiva otorgada por el Ministerio de Educación y Ciencia, que era como se llamaba entonces y que tenía más sentido que la división que existe ahora, por conveniencia de partidos. Además, resulta que esa beca ahora puntúa como valor añadido en la carrera académica, significando que se entra por un criterio claro que no es el enchufe o el hijo de...


En el año 1995 casi mato de disgustos a mi madre. 
Primero por lo que ella consideró un error, cambiar un contrato de trabajo por una beca que podía terminar en estabilización, o no. Y luego por terminar una relación de casi seis años con mi primer novio, al que consideraba un excelente partido. Seguramente lo era y yo no lo supe ver. Hice lo correcto en función de lo que sentía, pero ella estuvo 15 días sin hablarme. Todavía me acuerdo por lo que me dolió. 

En fin, cada uno tiene que vivir su propia vida y tomar sus decisiones asumiendo sus errores, si lo son. 

25 años aquí. Me tocan aniversarios muy redondos en este año 2020, de número tan lindo y tan redondo. Y este el primero de ellos.