sábado, 23 de febrero de 2019

Yo también creo en ello

https://www.elcomercio.es/aviles/creo-poder-palabras-20190222003128-ntvo.html

«Creo en el poder de las palabras, son nuestras armas»

El escritor Javier García Rodríguez presenta 'Mi vida es un poema' en el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS


Confiesa Javier García Rodríguez que cuando uno escribe un libro no sabe a dónde va, pero como cualquier buen padre, al principio tiene que acompañarlo. Es lo que él está haciendo con 'Mi vida es un poema', que ayer presentó en el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, descubierta como una plaza amiga con un público buen conocedor del autor y tan exigente en sus apreciaciones como se reveló el propio García Rodríguez respecto a la creación cultural en un encuentro organizado por Mercedes de Soignie y que, en esta ocasión, contó con el periodista Fernando del Busto como conductor. Exigente siempre y agradecido especialmente en estos primeros pasos que el autor está dando con su hijo de papel desde el pasado mes de septiembre. Charlas y talleres en foros tan agradables como los institutos, en los que el también profesor de la Universidad de Oviedo y organizador del Ciclo Palabra del Centro Niemeyer trata de transmitir a los chavales acerca del poder de la palabra.

«Creo en el poder de las palabras, son nuestras armas», respondió a la apreciación de De Soignie sobre elecciones que parecían escudos o armas. «Es que hay que defenderse porque se quieren quedar con el patrimonio de todos. Vemos día a día que las hacen pequeñas, les quitan su significado. Pero las palabras tienen valor y vienen desde atrás. Nosotros nos las encontramos y no somos los dueños, tenemos que usarlas de manera cabal y tratar de que, cuando nos vayamos, ese idioma no sea peor», reivindicó a una altura de su intervención en la que ya había dejado claro su afán por el perfeccionismo y su defensa del riesgo en la creación. En este sentido, alabó la apuesta de la editorial Fundación SM por su poemario, que sigue sin tener claro que sea para público juvenil.
«Eso lo dicen las editoriales, que son las que tienen que buscar un producto. Yo escribo series de textos y, de vez en cuando, los pongo juntos a ver qué pasa, y encuentran unas relaciones entre ellos. Me gusta pensar que la poesía es eso», señaló. 'Eso' es escribir sobre cosas cotidianas como los callos (de los pies), el novio raro de Charo, el vigilante de la playa (o de tus vigilias) mezclando intensidades en una simulación del vaivén emocional que es vivir. «Como lector, quedar descolocado me parece fascinante. Una novela se lee para ver cómo termina, pero uno nunca lee un poema pensando en cómo va a acabar», manifestó acerca de la grandeza de estos textos cortos que ofrecen la mayor de las libertades creativas y que muchas veces nacen «de poner la mirada en esas cosas sencillas que se convierten en un poema».
García Rodríguez, que se confesó como un «quejica» impenitente, que además repite mucho las cosas, agradeció las ilustraciones de María Herreros y la excelente edición del libro. No acaba ahí, a pesar de haberlos martirizado a preguntas, le han solicitado más trabajos como este: con riesgo. «Cuando falta el riesgo en la creación no se está creando nada y en muchas de estas propuestas no se arriesga nada», reflexionó refiriéndose a los libros que publica, por ejemplo, «el último ganador de Operación Triunfo». Apreciación que lejos de convertirlo en apocalíptico, tan solo evidencia la tristeza que le produce pensar que «ese adolescente obtendría mucho más placer si leyera a Safo».
Cree el autor que «cada poema o novela tiene que poner en tela de juicio todo lo que se ha dicho sobre la poesía o la novela» porque, parafraseando al también escritor, Agustín Fernández Mallo, «para escribir como en el siglo XIX siempre estaremos a tiempo». Javier García Rodríguez escribe como se hace en el siglo XXI y lo dejó patente con la lectura de alguno de esos poemas de su vida iniciada por Diego Botamino Morán, que recitó para todos una de las creaciones de «mi tío». «Favorito», añadió espoleado por el susodicho.