viernes, 8 de febrero de 2019

Suzanne

Me encontré el nombre de esta boutique en uno de mis paseos en Francia este verano. En realidad, mi nombre en francés es Suzanne. Y la tarjetita que me compré explica el significado del nombre. No tiene mucha validez porque dependerá de cada Susana, y cada una se verá reflejada, o no, en esos rasgos. 





¿Llena de encanto y vivacidad? Pues espero que sí. ¿Que me gusta cultivar el secreto que me rodea? Pues sí. Mi edad no tiene secretos. Tengo 48 años y medio. Mi estatura siempre será un misterio muy misterioso. Me lo llevo a la tumba conmigo. ¿Que soy capaz de reacciones violentas que impresionan a mis adversarios? Pues sí. Soy capaz. O mejor dicho, era capaz. Forma parte de la juventud muy lejana. Con el tiempo aprendí a canalizarlo a través del verbo sin elevar el tono. El único arma de las personas cultas es la PALABRA. ¿Que poseo una memoria y una curiosidad analíticas que me hacen bastante invulnerable? Pues tengo una memoria muy selectiva, como yo misma lo soy, y tanto más selectiva cuanto más me importe el tema. Hay cosas menores de las que no me acuerdo, pero para lo que me importa tengo memoria infinita. Me acuerdo de cosas, de escenas, de conversaciones que si las tengo que usar como munición, puedo hacerlo, pero no está bien. Soy vulnerable. Tengo un talón de Aquiles y hay cosas por las que se me puede tumbar. O mejor dicho, una cosa. Solo una. Si para el resto no fuera invulnerable, no sé donde estaría yo. No es fácil pegarse con ANECA y demás. Y sí, soy juguetona, muy juguetona, simple como el asa de un cubo, y no sé porqué me ven tan compleja, y si soy o no la compañera ideal, pues no tengo que decirlo yo. Intento hacer la vida fácil a las personas que me importan. Las complicaciones ya vienen solas en la vida. 




¿Poco ambiciosa? Pss...Todo lo demás, sí, es verdad.