lunes, 11 de febrero de 2019

Como las maracas de Machín


Esta película fue regalo de Reyes, solicitado en carta previa, para mi hijo Iván. La vimos el sábado por la noche como víspera de un domingo glorioso. Confiábamos que fuera así y, en efecto, no defraudó. 
En cuanto a la peli, está genial, el actor lo borda y la conclusión que le queda a uno es que la genialidad y la locura, a veces, están próximos. 
Lo cierto es que el tipo estaba como las maracas de Machín, o poco a poco, se fue yendo. 
Algo que admiro de la mente y el carácter de mi hijo es el control que tiene de sí mismo, y la "pachorra" vital con la que circula por la vida. Lo hace y le sobra. Sin  desmelenarse. Y tranquilón. Y me pregunto ¿de verdad he sido yo quien lo ha parido? Pues sí. Y sin anestesia para sentir bien lo que me estaba pasando ese glorioso 27 de enero de 2007. Orgullo de madre y de verlo feliz.