"La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana.(...) Pero los escritores mienten, aun los más sinceros. Los menos hábiles, carentes de palabras y frase capaces de encerrarla, retienen una imagen pobre y chata de la vida; algunos, como Lucano la cargan y abruman con una dignidad que no posee. Otros, como Petronio, la aligeran, la convierten en una pelota hueca que rebota, fácil de recibir y lanzar en un universo sin peso".
Adriano por boca de La Yourcenar.
BUSTO DE ADRIANO