sábado, 16 de febrero de 2019

Abuelo putativo

Mi primogénito entendió rápido la situación. Y mi niña, cuando era más pequeña se liaba. "Otras niñas tienen cuatro abuelos y yo tengo cinco. ¿Y ese que vemos dos veces al año, cuando tú lo llamas, mamá, en vacaciones y en Navidad, quién es?", me decía. 
Y yo le decía: mi padre. O sea tu abuelo materno. De sangre. "Ah ! bueno, pues vale. Yo lo veo, lo que él me quiera ver". Niña lista, pensé yo. 

El abuelo putativo, un señor de Logroño que declara que las tres grandes mentiras son Dios, la Patria y el Rey, es el que ejerce las funciones del abuelo materno. Y el que regala todo su tiempo, porque lo desea y también así lo desea su única patria desde hace casi 25 años, que es mi madre. La niña feliz de que la contemple ese abuelo, y yo también. De ver feliz a la niña y a mi madre, que ya le tocaba. 
El abuelo putativo le regaló esta libreta donde empezó a escribir sus deseos tímidamente. 
Me gusta la portada y el mensaje. Se debe criar a los hijos y a los nietos con mensajes positivos para reforzar su autoestima. No queda otra. 






Su hermanito hubiera empezado por riguroso orden y con deseos académicos y escolares. Ella pizcotea aquí y allá y decide que quiere tener amigos, que como le gusta mucho nadar y los delfines le encantan, quiere nadar con delfines y, como hay que ganarse la vida, ser profesora es una buena opción, según ella. Pues no me parece mal plan.