jueves, 8 de abril de 2021

La bella Karina en MUJER HOY

 

Hablamos con la escritora Karina Sainz Burgo de su nuevo libro, El tercer País, "Mi mirada al mundo es profundamente violenta. Hay cosas que no puedes controlar"

Tras un debut que sacudió la escena literaria, la escritora se convirtió en enterradora para confirmarse con una historia de memoria, justicia y muerte en su nuevo libro, El tercer país.


Marina Sainz Borgo se encuentra en plena promoción de su primera y exitosa novela, El tercer País.

ICIAR J. CARRASCO

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En plena promoción de su primera y exitosa novela, La hija de la española, la escritora venezolana afincada en Madrid Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982) descubrió la historia de una mujer que enterraba a aquellos que no podían costearse la sepultura. “Organicé todo para conocerla. Fui a enterrar con ella por un tiempo y fue una experiencia tremenda”, recuerda en su casa-despacho, cerca de la Plaza de Toros de Las Ventas. No revela la localización ni la identidad de su maestra sepulturera, que ni siquiera sabía que estaba inspirando su nuevo libro, El tercer país (Lumen), una novela imbuida del espíritu de Juan Rulfo –“volví a leer Pedro Páramo cuatro o cinco veces”–, escrita en habitaciones de hotel, que mira a la muerte de cara y que, tras un debut de ecos autobiográficos, disipa dudas en torno a Sainz Borgo: tiene más historias que la suya propia ¿Aún no formas parte de nuestra comunidad? Apúntate aquí a nuestra NEWSLETTER

Mujerhoy. La muerte marca a los dos protagonistas de El tercer país, Visitación, que gestiona el cementerio que da título a la novela, y Angustias, una madre que va a enterrar allí a sus dos bebés. ¿Cuál es su relación con la muerte?

"Mi mirada al mundo es profundamente violenta, y me gusta. Hay cosas que no puedes controlar"

Karina Sainz Borgo. De perplejidad. Es un tema que me sigue interesando y al que doy vueltas continuamente. Como episodio literario, lo tiene todo. A un nivel más físico, me impactó más estar cerca de quienes traían al difunto que del propio cadáver. Me sacaron el suelo sobre el que me apoyaba e hicieron que me plantease muchas cosas que hasta entonces había dado por sentado.

Mujerhoy. A pesar del parecido, cementerio es de raíz griega, alude al descanso y el olvido; y cemento viene del latín, comparte origen con cimiento.

Dar sepultura es una manera de generar memoria. Especialmente en un entorno como este, una frontera en la que la vida no vale absolutamente nada, la muerte no es relevante tampoco.

Mujerhoy. Dada su experiencia, ¿qué hay que saber para enterrar correctamente un cuerpo?

Muchas cosas. Todo el tema legal es lo más complejo, porque normalmente llegan los cuerpos ya remitidos tras una autopsia. Lo que me resulto más difícil fue enterrar niños; realmente son cajas muy pequeñas e impresiona verlas. Los protocolos de embalsamamiento también resultan muy interesantes.

Mujerhoy. ¿Recuerda cuándo vio por primera vez un muerto?

Creo que con 10 años, en el funeral de un familiar. En condiciones más lesivas, con violencia de por medio, a los 15 o 16 años. Mi graduación mortuoria fue a los 20, cuando trabajaba y estudiaba en Caracas. Era una ciudad muy violenta y resultaba habitual ver cadáveres tirados en la calle. Me llamó mucho la atención este debate que tuvimos entre abril y mayo del año pasado sobre si fotografiar los ataúdes de los muertos por Covid-19. Es un reflejo de cómo hasta en eso hemos establecido una relación en remoto con la muerte.

Mujerhoy. También se evidenció esos meses el valor de la despedida.

"Lo más difícil fue enterrar niños: son cajas muy pequeñas e impresiona verlas"

Dábamos por sentado que si moría un ser querido se le enterraba y se le despedía, pero eso cambió con la pandemia. Tampoco estábamos seguros de en qué condiciones habían muerto esas personas; ni siquiera de si la persona enterrada en ese nicho es a la que estabas diciendo adiós. Por eso me gustan Angustias y Visitación, que en un entorno violento desobedecen una ley para hacer lo que ellas consideran justo, que es enterrar.

Mujerhoy. ¿Fue casual que en la novela hubiera también una plaga de peste?

Era una cortina para tratar cualquier tema. La peste puede ser una catástrofe natural como un terremoto, un régimen autoritario, una crisis de refugiados... Centroamérica fue muy inspiradora por sus caravanas migratorias.

Mujerhoy. El tercer país es, además del cementerio, ese estado al que pertenecen los que huyen del suyo y llegan a otro que no les acoge. ¿Cuáles son los otros dos?

Podrían ser los de la verdad y la mentira, los vivos y los muertos, los ricos y los pobres... La cuestión es que yo me sitúo en la frontera de ambos, un espacio en el que los personajes van creciendo.

Mujerhoy. A pesar de la expectación generada con su debut, la crítica ha recibido la novela como la confirmación de que hay una escritora por encima de etiquetas.

"La hija de la española estaba jalonada por un conflicto interno muy grande. No lloré escribiendo esta novela"

¡Y que así sea! Tengo muchas historias por exhumar y escribir. Por fortuna, tengo el tiempo a mi favor. Mi estreno como narradora estaba jalonado por un conflicto interno muy grande, con una emocionalidad que me pertenece. El tercer país está empujada por una curiosidad exterior que accionaba los resortes de lo que me angustia, pero tuvo más exigencias técnicas que afectivas. No lloré escribiendo esta novela.

Mujerhoy. Para una escritora que empieza contando algo muy personal, ¿el siguiente trauma es encontrar una historia que no sea la suya?

Exactamente. Ojalá no me equivoque, pero tengo la sensación de que tengo bastante que ofrecer sin necesidad de rascar demasiado en mí. Pensaba que era una frase hecha esa de que “cuando sale una novela salen todas”, y ahora veo que es verdad. Estaba escribiendo otra novela cuando apareció la historia de esta y me pareció más potente, me acompañaba más en plena gira promocional.La escritora reconoce que tiene muchas historias por exhumar y escribir.

Mujerhoy. ¿Prefería subir a su habitación de hotel para escribir en lugar de ir a cenas y cócteles?

En unas cuantas ocasiones, sí. Una editora se quedó muy sorprendida: “Eso sí que es ser una profesional”.

Mujerhoy. ¿Qué ha descubierto de usted con El tercer país?

Que tengo unos ovarios que te mueres. Lo digo en serio. Había cosas que no me veía haciendo y las hice.

Mujerhoy. ¿Se refiere a lo gráfica que es la violencia de la novela?

No, eso me cuesta menos. Sin que yo sea plenamente consciente, puede que la violencia para mí sea algo natural, como un árbol o el cielo. Siempre ha estado presente en mi vida. Mi mirada al mundo es profundamente violenta, y me gusta que así sea porque hay cosas que no puedes controlar.

Mujerhoy. Como expatriada, ¿qué relación tiene con Venezuela?

Remota. No voy desde hace muchos años. He pasado por todas las fases, de absoluta negación a hablar todo el tiempo de mi país. Una sucesión de hartazgos que hoy son como tener un miembro amputado: lo siento aunque no lo tenga.

Mujerhoy. Llevaba muchos años haciendo periodismo cultural y ahora forma parte de la comunidad literaria. ¿Es muy diferente respecto a lo que ya conocía?

Ha cambiado mi punto de vista. Antes me pasaba los días persiguiendo a jefes de comunicación y autores; ahora me sigo abriendo camino, pero de otra manera. Es un aprendizaje muy bueno porque cada entrevista es una conversación. Por ejemplo, conocer a Ignacio Martínez de Pisón transformó mi forma de pensar en muchos aspectos, igual que los editores internacionales. Aún así, yo todavía me veo muy metida en ese remolino de periodismo y literatura. Cuando me preguntan a qué me dedico, sigo diciendo que soy periodista. Me parece la etiqueta más sencilla.

Mujerhoy. ¿No habrá utilizado como periodista preguntas que le han hecho en su faceta de escritora?

Todavía no, pero no me parece mala idea. Hay veces que una no sabe qué contestar a ciertas cosas.