domingo, 13 de septiembre de 2020

RESET



Como ahora se le pone nombre a todo, a los huracanes, a los movimientos sociales (MeToo...y demás) ahora parece que estamos en el RESET. Me enteré el otro día leyendo una revista femenina. 
Se trata, parece ser, de recuperar la felicidad en esta nueva normalidad, por la nostalgia de la antigua vida. El himno podría ser esta canción de Joplin, una canción que cumple tantos años como yo misma, 50 años. 
Siempre he sido muy poco gregaria. Y sinceramente no tengo nada que resetear. Acabado el confinamiento casero mi vida está en el mismo punto: si tengo mi celda académica abierta (tengo dos, una en Oviedo y otra en Gijón), y mi piscina abierta, ya está. No añoro nada. 
Ya no me maquillo porque mancha las mascarillas. Mi esposo está encantado. Me dice que ha tenido que venir una pandemia para verme todos los días con la cara lavada que, según él, me hace más joven y que, siempre según él, no necesito maquillaje para estar guapa. Cosas que dicen los hombres enamorados. Pues sí, no make up. Ni rimmel que se corre con el roce de la mascarilla. Hay hombres que siempre salen ganando. 
Estoy en el mismo punto que antes del 13 de marzo, y añorando lo mismo. Ahorrando mucho más, y pensando en cosas, en logros que te pueden ocupar cuando los ingresos no son un problema, salvo que rompan la caja del Estado, que tampoco es imposible según lo mal que lo hagan. Logros profesionales y personales. 
Llegará el día en que dedique menos horas, pero mientras la cabeza funcione al ritmo que mi trabajo necesita, pues ahí estamos. 
Por mi parte no hay RESET, ni añoro mi antigua vida. En absoluto porque tengo la misma vida pero con menor coste de oportunidad. O sea, mejor situación. Un concepto, el de coste de oportunidad que nos dejan claro desde la primera lección, del primer curso, de la primera clase del primer curso de Economía. 
Y sí, mucho menor coste de oportunidad. ¿Para qué maquillarse si no puedes mostrarte y quien te ama, gusta de verte con la cara lavada? ¿Para qué salir a un restaurante si el cocinero pudo toser en tu plato, y antes también, pero ahora con coronavirus incluido? ¿Para qué?
Muchos menores costes de oportunidad. 
Gracias a Dios, también menos muertos. Siguen silenciando cosas muy importantes, como la capacidad de inmunización si has pasado la enfermedad y la tasa de mortalidad que claramente ha bajado. Definitivamente, no se pueden hacer peor las cosas a nivel de gestión. Es tremendo. Muy de acuerdo con todos los que se manifestaron ayer en Madrid con mascarilla incluida. 
No se puede hacer nada, de momento. Volver a votar cuando toque, eso sí. 
Y esperando que llegue la vacuna bien hecha y podamos superar esto. Paciencia. La investigación requiere tiempo y dinero.