Totalmente de acuerdo con la visión de Ramón Durán, Catedrático de Derecho Civil y compañero de esta casa, sobre Cayetana Álvarez de Toledo y sobre lo sucedido a Pablo Iglesias e Irene Montero este verano en Asturias.
Dice que los apellidos de Cayetana son aristocráticos.
Si solo se trata de poner un DE, pues a partir de ahora, voy a hacerme llamar:
Susana Álvarez DE Otero.
Yo más de Cambridge que de Oxford. Hace tiempo que Cambridge adelantó a Oxford en el ranking universitario internacional. Lo lamento Cayetana, pero así es.
Y respecto a tu expulsión, también lo lamento, pero te lo has currado mucho. Al margen de la extraordinaria formación, que debería ser lo normal y esperado en alguien que se sienta en el Congreso de los Diputados - eso debería ser lo normal y no extraordinario y otro gallo nos cantaría - al margen de esa cuestión, no se puede ser portavoz de un partido, y no hablar en nombre del partido. La excusa de la libertad de opinión se para en ese cargo: ser la portavoz del partido. Llegó un momento en que Pablo Casado no sabía lo que iba a decir la persona que se sube a la tribuna, y eso no puede ser en una persona que ejerce la función de portavoz.
Por otro lado, limar un poquito la soberbia también iría bien de cara a futuro.
Me codeo todos los días en mi trabajo con personas que tienen un c.v. que le pega 400 vueltas al de Doña Cayetana Álvarez de Toledo, y no son marqueses, sino sabios silenciosos en zapatillas, mendigando algo que no tendrían que mendigar si fuéramos un país civilizado de verdad y europeo: dinero para sus proyectos de investigación.
Cayetana tiene un buen cv., pero no es para tanto según el lugar donde miremos.
Menos soberbia lleva a más grandeza personal.
EL COMERCIO. 23..08.2020