jueves, 30 de enero de 2020

Gran Combo



Pues esto cantan los de "Gran Combo". Qué cosas se escuchan por las emisoras locales de Xixón, como Carrusel FM. Sí, lo confieso, cuando tengo el día flojo, la escucho. Y me anima. La presentadora habla en "asturianu" y siempre está de buen humor. Es un ángel. 

Y hablando de Gijón, "suena" apetecible esta novela Premio Café Gijón. 





«No se escuchaba a los enfermos mentales, se les empastillaba»



José Morella presenta en Madrid 'West End', ganadora del Premio Café Gijón, que aborda la incomprensión ante los trastornos psiquiátricos

MIGUEL LORENCIMADRID.
'West End' es como los vecinos de San Antonio, en Ibiza, llaman a un céntrico cruce de calles. Un «no lugar como Magaluf» donde se concentra el turismo más salvaje y etílico de Ibiza. En ese enclave, atestado cada noche de guiris drogados, bebidos y asilvestrados, ocurre un episodio trascendental de la novela homónina con la que José Morella (Ibiza, 1972) ganó el Premio Café Gijón, otorgado por la editorial Siruela, con el patrocinio del Ayuntamiento gijonés, y que ahora llega a los lectores. «Es una autoficción con bastante más de auto que de ficción», reconoce Morella, que saca a luz los demonios que durante décadas atormentaron a su familia, que ocultó la psicosis delirante y el alcoholismo del abuelo materno del narrador.
Morella cuenta el desamparo con el que las familias afrontan las enfermedades mentales de sus miembros y denuncia la discriminación que sufrían «en la España de Franco y en la de hoy. Hasta los setenta se colocaba la locura en el mismo saco que cualquier disenso; ya fueras un enfermo mental, un homosexual o un marxista, la solución era la misma: confinamiento o empastillamiento. Nunca se escuchaba a los enfermos mentales. Se les empastillaba y con ellos a sus familias», insiste.
Convivió el autor con su abuelo «ausente y drogado con haloperidol» sin que su familia comprendiera bien las razones. «El poder político se apoderó durante años de la psiquiatría: ocurrió con el franquismo y me temo que también es así ahora», denuncia Morella, encantado de que novelas «transgresoras y anti-institucionales» como la de Cristina Morales, 'Lectura fácil', último premio Nacional de Narrativa, planteen «cómo a los locos y las personas diferentes no se les escucha ni desde la tolerancia progre». «Hay algo de lo que el poder no se puede apropiar, de su propia neurosis, que es pura paranoia. Era muy evidente en el franquismo, con aquella sopa de prejuicios que mezclaba, rojos, locos y gais», reitera.
Se remonta 'West End' a los años jóvenes del Nicomedes Miranda, un campesino que en la cincuentena emigra con sus cuatro hijos desde su pueblo cordobés a una Ibiza que pronto entraría en ebullición jipi en busca de un vida mejor. Afectado por brotes psicóticos, Nicomedes estará estigmatizado el resto de su vida, drogado, enclaustrado y sin interlocución alguna.
«La familia es la primera que utiliza eufemismos para evitar la culpa y la vergüenza», lamenta Morella, que realizó un indagación detectivesca para dar con el historial clínico de su abuelo y contrastar las versiones de sus familiares. «Ha sido una aventura parecida a la de 'El desencanto', la película de Chávarri sobre los Panero, pero en otro registro, con una familia muy humilde y nada intelectual», acota el autor. «Cada vez me seduce menos la verdad y más la verosimilitud, la verdad poética, y esta novela viene a ser el resultado entre los que buscaba y lo que he hallado, que es una verdad tan válida como la de cualquiera», reivindica.
«Fue liberador afrontar una historia que ha escrito mi familia tanto como yo sobre una enfermedad que todos padecimos tanto como mi abuelo», asegura Morella.
Profesor de escritura creativa en Barcelona, Morella es autor de novelas como 'Asuntos propios', finalista del premio Herralde, y de 'Como caminos en la niebla'. Se siente «orgulloso» de haber ganado el galardón que creó Fernando Fernán Gómez y que recayó antes que en él en gigantes de la literatura como César González-Ruano, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite o Luis Mateo Díez. Dotado con 20.000 euros, a Morella se lo concedió un jurado formado Marcos Giralt Torrente, José María Guelbenzu y Rosa Regàs