jueves, 14 de marzo de 2019

Mujer rota

Leí este libro en el Hospital Central de Asturias, en su antigua sede, porque ahora tenemos uno nuevo y maravilloso, de los más modernos de España. Fue en enero de 1991. Estuve 15 días de convalecencia. Recuperé relativamente rápido porque a la señora que estaba en mi habitación, le habían operado una rodilla y cuando llegué ella ya estaba y cuando me fui, aún le quedaban unos días. Creo que ahora les dan el alta más rápido. 
A mí me abrieron la espalda literalmente y me rompieron de arriba abajo cuando tenía 20 años. Y me llevé este libro en francés para leer. Recuerdo que una auxiliar que me traía la comida me decía: "Pero niñina, ¿no pudiste traer una lectura más animada que esa? Precisamente esa. ¿Acaso eres masoquista?". Esta lectura estaba programada en el examen oral de quinto curso de la Escuela Oficial de Idiomas de Oviedo para obtener el título de francés. 
Qué buena gente hay en los hospitales y qué bien, qué bien me han tratado siempre. En realidad yo creo que te tratan como tú los tratas a ellos. 
Y quien mejor me trató fue el manitas de plata que abrió mi cuerpo y lo hizo tan, tan bien. Sin eso, la maternidad hubiera sido una operación muy complicada para mí. Poner peso en mi cuerpo sin que la columna vertebral estuviera en su sitio hubiera sido realmente suicida. 
Muchísimas gracias, Carlos López Fanjul, por arreglar a esta mujer rota.