domingo, 28 de febrero de 2021

Garrulerías

La columna del gran Cosme Cuenca, que acompañaba mi Tribuna del pasado viernes. Más o menos, del mismo tema. Insuperable, Cosme. Ni siquiera por mí, ji, ji...

 https://www.elcomercio.es/opinion/garrulerias-20210226001647-ntvo.html




Garrulerías

Pero ser civilizados implica, maldita sea, no rebajarse hasta tratar a según qué delincuentes como se merecen

Cosme Cuenca
COSME CUENCA

Me temo que en mi habitual desinformación tiendo, con frecuencia, a llegar a valoraciones éticas a través de impresiones estéticas, eludiendo valoraciones de índole moral. En fin, un vicio derivado de la profesión. Una de las aberraciones que digiero mal es el verso ratonero, por eso tengo a los raperos en un grado de estima intermedio entre los que me merecen los 'influencers' y los amigos del novio. Puedo entender que un negrito americano desfogue su previsible frustración y su razonable ira ante el destino que a tantos como él les espera en su mierda de país, pero que un niñato europeo, aunque sea español, adopte ese género de expresión espasmódico y pelmazo, para mí deja retratado estética y, por tanto, éticamente al individuo en cuestión. Juicio todo lo arbitrario que se quiera, pero que se confirma cuando aparecen en pantalla emitiendo necedades balbuceantes el garrulo recientemente encarcelado y un colega suyo, cuyos nombres me niego a expandir.

¿Cárcel para los delitos de opinión?. Veamos, ese grado de garrulería merecería no ya cárcel sino pena de muerte; pero ejecución clásica, litúrgica, a la norteamericana con asistencia de víctimas y familiares hasta tercer grado. Pero ser civilizados implica, maldita sea, no rebajarse hasta tratar a según qué delincuentes como se merecen. Así que no, la cárcel para el peligroso social solo apto para convivir con congéneres de uniforme, no para quienes blasfemen, nieguen la Soha o sostengan que el sexo es un hecho biológico. El pensamiento no delinque y su manifestación solo lo hace estéticamente. Fuera leyes mordaza y similares, fuera estupideces como ese intento de coartar mi derecho al odio y a su expresión liberadora como si no estuviéremos rodeados de realidades odiosas. Quien tenga la piel muy fina que no salga a la palestra pública a pregonar su mercancía, trátese de salvadores de almas, liberadores de pueblos, custodios de reservas espirituales, fundadoras feministas o muslimes de las distintas obediencias.

Por otra parte, los promotores y cabecillas del vandalismo callejero planificado y persistente deberían, esos sí, estar entre rejas porque esa tropa debería ser sobradamente conocida de cualquier policía mínimamente capaz de hacer su trabajo. Enchiquerar a esa gandaya, además de una elemental profilaxis social, sería incluso una medida educadora básica porque, parafraseando al clásico, se empieza por quemar contenedores y se acaba diciendo 'soy de los que pienso'. Por poner un ejemplo de extrema degradación.