Es el título del capítulo 22 de la penúltima obra ganadora del Premio Nadal, la de 2020. La última de 2021 no la he leído.
El 22, mi número favorito, el 2, dos veces, en pareja.
Coincido en el enfoque que plantea en el capítulo, que solo cortando por lo sano una relación fallida como esa, se abre la puerta a la posibilidad de encontrar un amor que encaje mejor.
El capítulo de feminismo tampoco tiene desperdicio para mí. Visto lo visto, y leído lo leído, no puedo negar que ideológicamente estoy mucho más próxima a esta escritora y académica, Ana Merino, que de lo que lo puedo estar a Berna González o Marta Sanz, por ejemplo. Sin ninguna duda.
Esta chica fue, o es poeta. Tal vez les pasa, a los que vienen de la poesía, como le pasó a Vázquez Montalbán, que construyen sus novelas con capítulos cortos, más propios de quien viene de un aliento narrativo de poeta, que quien es auténtico narrador o novelista de cuna. Tipo Juan Marsé, o no digamos los rusos y algunos ingleses de capítulos kilómetros ...
