"Su personalidad se transparenta de manera sibilina. Transita por esas memorias un señor malhumorado, misógino por dudosos designios, ....de angular disposición analítica y acérrimos litigios con la convivencia, enemistado con todo tipo de ceremonias y solemnidades. El sentido de la cortesía parecía referirse al hecho de ser decente y abominar de los fantasmones. Algo que a no dudarlo lo hacía encerrarse cada vez más en Itzea.
....pero su prosa reseca, su pobreza lingüística cercana a la indigencia, su desvencijada sintaxis, su estilo pedregoso apoyado en toscos sustentos verbales, me indispusieron sin mayores titubeos con una obra tan válida para costumbristas y afines, pero tan alejada de mis perseverantes gustos literarios".
Esto lo dice Caballero Bonald de Pío Baroja en su "Examen de ingenios", editado por Seix Barral.
Muy dura crítica literaria, sin duda.
Pío Baroja admiraba al escritor que sabía abreviar, al que podía decir más con menos. Y dijo:
"La literatura no puede reflejar todo lo negro de la vida. La razón principal es que la literatura escoge y la vida no".
Y yo creo que tiene razón. Ni siquiera la literatura negra puede reflejar lo negras que son algunas vidas.
