Creí que los Seat 600 sólo eran para coleccionistas y que no circulaban por la ciudad. Sin embargo, la semana pasada, según bajaba por el Cristo en Oviedo, tras mi examen de Financial Investments en la Facultad de Economía y Empresa, me encontré esto delante de mi Mercedes. Aproveché la parada en el semáforo para fotografiarlo.
Recuerdo que fue el coche que le regaló mi padre a mi madre cuando sacó el carné de conducir. Tenemos una foto divertidísima cerca de la playa de Luanco, mi hermano Fernando y yo, siendo bien pequeños, con aquel 600 blanco. A mi hermano Nacho, que llegó 6 años después, ya no le tocó.
Y es que a mi padre le encantaba cambiar de coche. Tuvimos varios Seat, Renault, Volkswagen.... pero mi favorito siempre fue un Dodge Dart. ¡Me gustaba mucho aquel coche! Un clásico de mi infancia.
