Desde
Cambridge, parece claro que lo que piensan por aquí es que el españolismo no
está permitiendo votar al pueblo catalán, a la que definen como la región más
rica de España. Para los británicos, la “pela es la pela”. Y yo me pregunto,
¿no está siendo un poco tibia y mínima la ayuda de la Unión Europea con este
problemón? Cuando se trata de cuestiones económicas, enseguida se presentan los
hombres de negro. Cuando se trata de romper el país, ni aparecen. Está claro
que somos Unión Europea sólo para lo económico, y mucho menos para lo político.
Hay que profundizar en esto. Cuando regrese a España, me encontraré ¿uno o dos
países? Yo no descarto que se declare unilateralmente la independencia. Mientras tanto, me consuelo leyendo en el PAIS
las palabras de un catalán ilustre.
![]() |
Juan Marsé dixit:
"Lo
que se propone el Govern es rigurosamente incompatible con un Estado de
Derecho. No necesito otro argumento para rechazar tal propuesta. Yo no soy
nacionalista y todas las banderas me repugnan. Soy más bien provinciano,
incluso comarcal. Soy pueblerino, digamos hortelano. Con el huerto me
basta". "Está bien claro: que un grupúsculo antisistema como la CUP,
una panda de impresentables llenos de estulticia y roña ideológica, tenga
agarrado al despeinado president Puigdemont por los cataplines y pueda determinar
los presupuestos generales de la Generalitat y las derivas más delirantes (como
pedir que la Catedral se convierta en un mercado) que adornen el proyecto de
secesión, muestra hasta qué punto la sociedad catalana está abocada al futuro
más incierto, ridículo y calamitoso". "La triste realidad", dice
Marsé, "es que el señor Puigdemont y el señor Junqueras, dos luminarias
políticas que pasarán a la historia del esperpento ibérico, comparten, como ha
escrito Valentí Puig, una aparatosa ignorancia sobre el Estado de Derecho y
sobre la política, y, en concreto, sobre la historia política de Cataluña y de
toda España". Le repugna "el relato maniqueo del Govern, la
desvergüenza y la impunidad con la que Puigdemont y Junqueras mienten al hablar
en nombre del pueblo, al apelar reiteradamente y del modo más miserable
del mandato del pueblo que dicen haber recibido. Y de
esa empanada mental que llaman el derecho a decidir…
Sí, vale, pero ¿a decidir qué? ¿Que nos vamos de España y de
Europa?".
"Hay otra cuestión de fondo", añade el autor
de Últimas tardes con Teresa,"desde hace demasiado
tiempo nos mandan políticos, tanto desde Madrid como desde Barcelona, que o
bien son unos incompetentes o unos corruptos. Mucho me temo que seguiremos así,
es decir, que van a seguir defraudándonos o robándonos, de modo que me da igual
que me roben desde Madrid o desde Barcelona".
"No
habrá referéndum”, dice, "pero el mal ya está hecho. Están registrados los
buenos catalanes y los malos catalanes. Pero habrá nuevas elecciones,
necesarias para la futura estabilidad de la política catalana. Esa es la salida
del callejón sin salida".
E,
irónicamente, da Marsé esta "última noticia": "El peinado del
president Puigdemont ha sido declarado de Interés Turístico Internacional, y
el Procés de interés turístico comarcal. Parece que
no lo ven claro. El peinado, quiero decir".