sábado, 20 de enero de 2024

Sin repelencias

 Leo este pensamiento, y solo una cosa se me viene a la cabeza. Solo una. Y aún la sigo soportando. En el resto de aspectos de mi vida he tenido mucha suerte (también me lo he currado mucho) y en otras cosas que han venido mal dadas, o no como yo esperaba, he sabido desarrollar estrategias de tolerancia. No todo es perfecto. 


Todo me cuadra, en esto de Oliveiro Girondo, excepto una cosa. Nunca me ha pasado de repeler y amar a la vez. Si me repele es que no amo, ni deseo. Y antes que a la repelencia llego a la más absoluta indiferencia que es más sano mentalmente para mí.